jueves, 13 de mayo de 2010

Historia de un tocayo


Dos meses de sequia, no poder escribir. Todas las energias puestas en un proyecto que por cosas del destino y necesidades de sus creadores quedo en stand by por un momento, bueno a seguir escribiendo. Ojala les guste, y espero poder hacerlo mas seguido.

En los 90s tan convulsionados que se vivieron en Argentina, aquellos años donde el neoliberalismo aplicado por los gobiernos que iban llevaban su tajada y se largaban hasta resultar en la quiebra de todo el país. En todo este torrente de injusticias se cometió una muy particular y criminal, el asesinato del fotógrafo Jose Luis Cabezas.

José Luis era como cualquiera que se gana la vida con una cámara, buscando siempre como subsistir. Enviado a una investigación sobre un fuerte empresario involucrado en casos de corrupción con el gobierno, lavado de dinero y manteniendo un perfil tan bajo que a pesar de que ministros de economía lo acusaban de influencias en los niveles económicos mas altos del país, ni si quiera existía una fotografía de el, bueno José Luis lo logro, su lente lo capturo y el país conoció por fin un el rostro de una de las personas mas influyentes de Argentina. Todo ha ser publicado en la revista para la cual camellaba. No lo logro, apareció calcinado y con dos tiros en la cabeza en el maletero de un vehiculo.

Luego de aquello estallo la indignación de la sociedad; ahora Yabran no podía seguir escondiéndose, le toco dar la cara, y ser salpicado como la cabeza del crimen, el culpable perfecto. Personas de su entorno declaradas culpables y condenadas a cadena perpetua, el efecto domino también le llego. Boleta de captura para el quien fue conocido por ser inmune a cualquier poder, confeso que fotografiarle era como darle un tiro en la cabeza, según el pago con la misma moneda pero la justicia ciega y coja, así con todo, le llego. A pesar de su posición, de su influencia y de sus millones, nada de eso le sirvió para no entrar en desesperacion, se pego un tiro en la cabeza.

El caso trae hasta hoy secuelas, Diario El Comercio lo recordó hace unas semanas a propósito de las bajas de colegas en el anterior año, peace for them. Yo también hago lo mío, no me olvido. Recuerdo que el poder del que tanto nos señalan en realidad lo tienen ellos, esos que por alguna razón pueden mantener un cargo estatal o privado e influencia, podemos disparar con la cámara, acaso podemos encerrar con nuestra HDV??, compramos jueces u otras autoridades??? Como, si apenas sobrevivimos. Detesto esas teorías del cuarto poder, el contrapoder…la verdad esta demás, tenemos influencia, enorme…no hay duda, pero ahí queda. Jamás tendremos el poder fáctico de un presidente, de un diputado, de un dueño de una bananera o un banco. Habrá claro las cabezas de todo el aparataje. Pero la mayoría no lo somos, o al menos acá no era el caso, este es sobre un hombre valiente que se ganaba la vida viviendo en sus convicciones y la pasión por lo que realizaba, fue torturado por un hijodeputa cobarde que se valió de su influencia y sus millones para cegar su vida, son quince años ya, nunca lo vamos a olvidar.

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