domingo, 17 de agosto de 2008

pelileo music camp


Que haya una tocada media grande lejos de Quito ya dejo de ser novedad hace mas de 8 años, ya que centros urbanos medianos también han desembocado en la juventud un gusto por el hacer rock, entiéndase la palabra como todo el universo de música popular que existe; desde el hip hop hasta el Metal, rock no es solo guitarra.

Bueh la cosa es que por esas es que estoy en medio de los bosques andinos en busca del Pelileo Camp, como me perdí el primero era totalmente novato en el asunto, por eso deje los tereques audiovisuales a un lado y me fui de público, solo con mi cámara que es casi ya una prótesis. Lo mas destacado fue el clima, por su frío que congelaba todo el esqueleto, y si la creatividad no estuvo presente por que a ninguno de los 50 vendedores que se infiltraban las bielas se le ocurrió hacer unos canelazos que pudieron salvarle el soroche a mas de uno; por suerte el ambiente se calentaba con el pogo. Fue desde el ska rápido pero relajado de suburvia, hasta un nivel fuerte en Detonador o Tanque.




De problemas lo de siempre, hay ciertas fallas por la rápida prueba de sonido que las bandas hacen en este tipo de festivales, sin embargo el quehacer de la escena en si es así y la habilidad parece mejorar cada vez. Sin embargo eso no quiere decir que las cosas deban seguir asi para siempre. Hay que mejorar en ese aspecto, es la única forma en que esta música empezara a ser tomada mas en serio de lo que ya es, será cuando la profesionalización llegue aun mas de lo que ya esta. Soy testigo como seguidor, conocido y pana de algunos de los músicos presentes, y puedo decir que literalmente se sacan la puta por ofrecer un mejor espectáculo. Y todo ese esfuerzo no puede caer por el mal retorno.

Con el cartel la cosa estuvo variada, por algo ni siquiera la palabra de tal o cual genero estaba involucrada. Solo era el Pelileo music camp. Por lo tanto la gama fue extensa a pesar de que el publico era de una clara tendencia metalera. Bandas como The casettes que siguen una estela de rock dirigida por los Yeah Yeah Yeah desde gringolandia no supo calar del todo en los oídos que pedían mas percusión y mas rapidez al momento de la ejecución. “Igual esta todo fresco” me lo dice el Jorge; el man lo sabe pues estuvo de roadie en Rock al Parque y sabe que aquí la tolerancia se maneja mucho mas que en otras partes de la región; en el festival colombiano te bajan a botellasos. “Es la misma naturaleza del Ecuador la que hace que su cultura rock sea tan abierta a la tolerancia”, palabras de mi profesor sociólogo me vienen a la cabeza. Y lo se yo también, que la concha acústica en el pasado no aguantaba la fusión y hoy bandas de ska tocan al mismo nivel de quienes son dueños del mundo del Metal; lo genuino identifica a lo genuino enseguida.

Sin embargo se demuestra que mientras en el contexto de rock no hay prejuicios en otras partes de nuestra ecuatorianidad si, pues bien se demostró la frialdad con the cassetes mas que sonido era por otros factores, tal ves la presencia solo de mujeres a excepción del batería y el hecho de ser un rock guayaco, a veces mal entendido como un rock sofisticado aniñado. Pesos Pesados una banda de un genero mucho mas alejado de la preferencia musical del publico pero que fue mucho mas alentado, tal ves por que uno de sus Mcs es una figura del under de Ambato; y no digo que esto ultimo sea malo ni que siempre debemos alentar a quien esta en la tarima, pero si ser un poco mas abiertos al momento de una tocada, sacar todas las etiquetas y disfrutar de la música.

El repertorio de las bandas cruzo entre sus últimos trabajos, en ese saco caben los hoperos PP así como Mama Vudu, Tanque y Suburvia que hasta estreno tema. Por lo demás material de todo, desde clásicas coreadas hasta las novedades que hicieron agitar los ánimos. Al final con un frío de miércoles y un cansancio de pogear, chupar, fumar y filmar. Si un pana me hizo filmar, no me libre ni queriendo, pero que le voy a hacer. De todas formas no tenía una razón especial por la cual quedarme en el público la verdad, y darle un chance a la cámara no pega nunca mal, y más si después no te haces responsable por ella.

Termino la tocada con punto congelado; nosotros en medio de la nada esperando en plena carretera que pase un bus a Quito. Los primeros veinte no parecía haber nada y en segundo si no había transporte, pues dinero tampoco hay. Cuando ya tenia todo solucionado; justo llegaría un bus “A kito a kito”, echo sardinas fuimos en el primer tramos cuando un gajo enorme se bajo y pudimos tomar asiento, ya no quiero escuchar nada pero el chofi pone Aventura y me obliga a sacar el ipod.


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