A la ciudad le cayo la tecnología, hoy raro es ver un quiteño de entre 8 a 80 años que no tenga su celular phone; el aparatito que revoluciono las comunicaciones también lo hizo con la novelería quiteña, tradición la cual se remonta desde épocas remontas como la influencia del barroco, nuestro planetario militar, el trole… pero bueh, así es la vida y con esto todo a cambiado nuestro cotidiano.
No me voi a hacer el defensor ecologista hablando de la chatarra que deja la telefonía móvil, tampoco me gusta ponerme paranoico con eso de las señales a través del celular que tostan nuestro cerebro; ni lo de las tarifas el oligopolio y blah blah blah….no; lo que me jode es que ahora las compañías, en su desesperación para obtener mas clientes optan por darles un equipo de sonido incorporado en el celular, eso a una suciedad abusiva, ni del puctas le das eso.
Pero heme ahí en un Marin-Carcelen escuchando por sexta ves esa canción sobre “que bonita es esta vida”, traída desde Colombia para los miles quienes se sintieron fascinados con su lírica vacía y su sonido pegadizo; por suerte el martirio termino cuando apenas me bajo del bus le encuentro a otro usuario, este claramente fan del reggaeton, hace sonar al don omar como si estuviera en algún bar batracio.
Por que chuchas tenemos que escuchar la música que nos gusta obligándole al resto; no tienen audífonos???; pero si en la calle hay los de dólar 50 que bien tratados, hasta te duran tu chance. Pero noff..Soy mas bakan haciéndolo sonar a toda madre!. Es la última vez que dejo descargar mi ipod; ya no solo debes temer el gusto musical del chofer.
No me voi a hacer el defensor ecologista hablando de la chatarra que deja la telefonía móvil, tampoco me gusta ponerme paranoico con eso de las señales a través del celular que tostan nuestro cerebro; ni lo de las tarifas el oligopolio y blah blah blah….no; lo que me jode es que ahora las compañías, en su desesperación para obtener mas clientes optan por darles un equipo de sonido incorporado en el celular, eso a una suciedad abusiva, ni del puctas le das eso.
Pero heme ahí en un Marin-Carcelen escuchando por sexta ves esa canción sobre “que bonita es esta vida”, traída desde Colombia para los miles quienes se sintieron fascinados con su lírica vacía y su sonido pegadizo; por suerte el martirio termino cuando apenas me bajo del bus le encuentro a otro usuario, este claramente fan del reggaeton, hace sonar al don omar como si estuviera en algún bar batracio.
Por que chuchas tenemos que escuchar la música que nos gusta obligándole al resto; no tienen audífonos???; pero si en la calle hay los de dólar 50 que bien tratados, hasta te duran tu chance. Pero noff..Soy mas bakan haciéndolo sonar a toda madre!. Es la última vez que dejo descargar mi ipod; ya no solo debes temer el gusto musical del chofer.