miércoles, 3 de diciembre de 2008

ari en la casa







En el domingo como cualquier otro Quito muerto; lo único que parece vivir son algunas cadenas de comida que aun dan sus servicios. El resto están por sus caletos o en el de alguien; la ciudad luce así menos en las inmediaciones de la casa de la cultura; hoy dos expresiones artísticas y dos mundos que vivimos en la ciudad nos íbamos a encontrar; el uno era un concierto de cámara en el que las personas de mediana edad disfrutarían y al otro lado muchos seguidores del rap, algunos panas y dos que tres caras visibles de la movida hip hop de acá.

El sonido de los beats se escuchaba desde las afueras del agora donde varias personas esperaban para hacer su grupo y entrar mientras otras retaqueaban lo que podían para poder alcanzar el valor de la entrada; ahora hay que tomar en cuenta que cinco dólares no es mucho, mas si tomamos en cuenta el cartel que tiene y el sitio donde se esta realizando. Si desde nuestros sonidos mas tradicionales como pasillos, o la nueva canción hasta el rock que se a ganado a pulso de mas de tres décadas un lugar en la cosmovisión de la ciudad…por que el hip hop no habría de pisar el agora??. Son pasos importantes para el reconocimiento de esta forma de arte y de música

La capacidad del agora no se habría de copar, pero hubo la cantidad que uno esperaba. Lo que por otro lado permitió la movilidad de las personas a pesar de que bastantes nos aglutinamos al borde de la reja. Las presentaciones se iban dando y el apoyo del público se iba mezclando con el humo que salía de uno que otro sitio y los pitidos y ánimos de los asistentes. Del sonido no se puede decir mucho, el agora se carga una acústica de miércoles, si a esto le sumamos el violento retorno que a veces se provocaba, sin embargo el sonido en la mayor parte del tiempo estuvo bien y sobretodo tuvo una amplificación buena, el no tener eso puede arruinar todo; cosa que ya los frecuentes de la movida lo saben de sobra. Los grafittis estuvieron a cargo de varias féminas exponentes de la escena representando a varios colectivos de la ciudad que cada ves mas visibles no solo en el underground donde se encuentra hoy esta expresión de arte


Mi hermana y yo lo mas seguro es que no tenemos por que estar allí, nuestros padres tíos, abuelos, primos no tuvieron un acercamiento con esta cultura. De hecho la cultura hip hop no es bien vista en la casa, incomodaba. Pero no puedes encerrar a niños en cuatro paredes, más cuando donde vives se respira hip hop. Mi hermana y yo dábamos nuestros pasos de adolescentes mientras veíamos los grafos que se esparcían, el comercio se llenaba de miles de rostros que hacían realidad para ser versada; dealers en las esquinas y locales; autores de la fama marihuanera que tiene el barrio; por afuera no era raro escuchar Cypress hill, Snoop dogg, Control machete, Tiro de gracia, Nach, Mala Rodriguez, Orishas. El rap se tomaba nuestras aceras y daba una nueva identidad a quienes viviamos, mas o en decenas de lugares en la capital.

A pesar de no mantener una estética, ni siquiera una ética con respecto al movimiento del hip hop es una parte esencial de nosotros, de la cual nos sentimos orgullosos y de la cual no nos da empacho en involucrarnos aunque somos tildados de “roqueritos” por los puristas del movimiento. Alla cada cual con su pelicula, nosotros vinimos a disfrutar de la musica. Algo de Freestyle antes de una sesion de Dj que calentó los motores con música de La Etnnia, Mobb deep; el escenario se apago y los minutos para el regreso de Ari a la tarima ecuatoriana había terminado.
Ari y su salida al escenario

Apareció con su figura energética llevando una blusa en la que se distinguía la palabra “negro”; orgullosa de su descendencia afro y sobretodo a la música que se convirtió en la última expresión del pueblo negro alrededor del mundo, un sonido apropiado por la juventud y las clases populares para expresar sus sentimientos, protestas y vivencias. El hip hop es universal ya.

Una canción tras otra, toda su crew apoyando y la gente alzando las manos y aprobando, gozándola con cada rima; al final la tocada continuo y nosotros nos abrimos no mas, teníamos full cosas que hacer pero fue del putas volver al barrio, a las malas palabras, a la jerga donde las prohibiciones no estaban; donde nos hicimos parte del mundo con todo, desde dibujar en las calles, andar en boarding, un bizarro sentido del humor, el mala onda de los chapas (la peor requisa que he tenido en años); todo esta ahí. Soy parte de eso, pero yo no lo llevo en el pantalón holgado, sino bien adentro de lo que soy.

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